sábado, 16 de diciembre de 2017

Qué pereza...

Comme d’habitude… los días pasan rápidos… tanto que apenas me queda ya tiempo aquí…

Comme d’habitude han pasado muchas cosas…

Mi paso por Kampti… a 40 km. de aquí… Kampti, tu pueblo, mi buen Georges… Conocer a tu madre, a otros hermanos, tu familia… y llorar juntos de nuevo…  Visitar tu tumba… allí… junto a tu casa… Aún no me creo que te hayas ido…




Mi visita días después a Houndé, a 200 km. de aquí… a conocer a tu pequeño Jonás… No daba crédito al verle… Georges “petit model”… Misma mirada, misma sonrisa… De nuevo descubrir cosas de ti que desconocía… Y de nuevo verificar cuántas cosas nos quedaban por hablar… De hecho, de alguna manera, las sigo hablando contigo…



Mis nuevas experiencias al volante en este país: he conducido un Audi de alta gama por las calles de Ouaga a altas horas de la noche 😎; he conducido une petite Volkswagen hasta Houndé con el parabrisas roto, el cinturón bloqueado y sin poder arrimar el asiento (conduciendo con la punta de los pies) 200 km. de ida desde Gaoua por la mañana y 200 de vuelta por la tarde por carreteras infames con el pasaporte en la boca por los controles militares; he conducido un Land Rover hacia Sansana por una vía digna del París-Dakar…



La llegada de María, ma fille, como la llaman aquí…



Mi ida y vuelta aller-retour sap-sap a Ouaga desde Gaoua en dos días…

Mi experiencia con la malaria… Yo que me vanagloriaba de no haberla pillado jamás en 10 años por estos lares… ¡¡Zas!!! En toa la boca 😕… Primero la fatigue… Después los vómitos y la diarrea… después la fiebre… “Oui, madame, c’est le palude”…  Pero ya pasó… ya pasó…

La emisión del documental “Mousso Faso” en plena brousse una noche sin luna… lejos de todo… le noir sur le noir… Grupo electrógeno, proyector prestado, una sábana sobre un muro semiderruido de adobe… y expectación máxima de hombres, mujeres y niños… Una noche entrañable en tierra de nadie… Los fetiches nos protegen…


La visita a la cárcel de Gaoua para ver a un amigo que metió la pata hace unos meses… Toda una experiencia…

La visita a Koul Pon Gane… pueblo de “mi” Blaise, adonde se ha mudado en estos días “definitivamente” (no hay nada definitivo para Blaise; es un alma indómita) tras “consejo familiar” y mi insistencia… La visita a la escuela de Holly, donde le conocí hace ahora cinco años y donde todos me conocen como “la maman de Blaise”… La visita a Sansana junto a Bouba (¡¡Fernando!!! Va por ti 😁)


Los atardeceres en el kisosco de Viviane bebiendo “gnamakou” (jugo de jengribre) entre amig@s...

La creación de AASAL!!! 🙈😤 ... Pero eso es otra historia…

¡¡¡La fiesta grande de Gaoua!!! El tan esperado 11 de diciembre… Pues no… No la viví con ellos… Fue mi fiesta particular de la malaria y el hospital… así que me lo tuvieron que contar… No obstante los días previos me dejé llevar por el ambiente festivo general, los actos, la Foire… Y la vuelta a la normalidad

La emoción al visitar escuelas y que lxs críxs me llamen por mi nombre… La APFG y su calurosa acogida, como siempre…



El calor infame… El polvo… Los fetiches (no olvidemos que esto es tierra de lobis, y por tanto… de misterio...) Mi burra… Mi gente… Mi casa…

Apurando mi últimos días en Gaoua… Qué pereza volver a Ouaga… donde, no obstante, tengo 1000 cosas por hacer todavía… Qué pereza…

Y otras sorpresas que me guardo… Tiempo habrá de contarlas… Quizás sea el año próximo…

Continuará… O no…

viernes, 1 de diciembre de 2017

De nuevo... tierra de lobis...

(No adjunto ninguna foto dado que acabo de comprobar que no me he traído lector externo de tarjetas… Mañana trataré de encontrar alguno por aquí… Complicado...).

Hace dos días que dejé atrás Ouaga… Seis horas y media de autobús entre controles militares (baja del autobús, cola para enseñar documentación y sube al autobús… cada vez) y carreteras eternas en mitad de la sabana… Finalmente llego  Gaoua... en pleno corazón de tierra de fetiches y misterio...

Llego cansada, pero feliz de estar aquí de nuevo… Ya me habían dicho lo cambiada que está la ciudad, pero jamás hubiera imaginado hasta qué punto… Se acerca el 11 de diciembre, día de la independencia. Ya el año pasado conté la locura de cuando se pasó el testigo… Este año toca celebrarlo aquí, en Gaoua. Es también el día de las Fuerzas Armadas y vendrá el Presidente… La expectación es extraordinaria…

La ciudad es otra, así de simple… asfaltado de innumerables calles, nuevas construcciones… ¡alumbrado público a lo largo de la carretera principal!! Y un sinfín de obras públicas que han transformado por completo la ciudad… Barrios completos construidos de la nada, con viviendas absolutamente nuevas y modernas… nuevos mercados y una plaza que quita el hipo… un nuevo estadio y nuevos dispensarios… Todo ello sin olvidar su parte perversa… Han roto pozos e infraestructuras básicas que están por reparar… el agua se ha convertido en un bien muy cotizado, lo que aquí es una grandísima putada… han expropiado a cientos de pequeños comerciantes sin indemnización… Y la ciudad está “patas p’arriba”… Hay que terminarlo todo antes del 11 y trabajan contrarreloj… De nada me sirven las antiguas referencias… Ya no existen… No me ubico en muchos lugres… Las calles cambian de un rato para el siguiente… Lo que esta mañana era tierra… esta tarde es asfalto… Donde hace un rato había una casa, ahora no está… Gaoua es otra definitivamente… Pero no su gente…

Paso la tarde llamando y viendo a mi gente, sin parar un segundo… Me cuentan… L@s maestr@s están de huelga hasta hoy mismo… A partir de mañana ya no hay huelga pero no hay cole de cara a las actividades del 11 de diciembre… Volverán previsiblemente el 14... eso si no continúa la huelga… Esto me da más libertad de movimientos y más tiempo para mí… No puedo visitar las escuelas… En la APFG las mujeres están también volcadas en el día 11… la locura.

Que buenas las tertulias al atardecer “au bord du goudron”… Risas… y paz, mucha paz…

La primera noche duermo hasta aburrir... Salgo a desayunar casi a las 9:00 (aquí la gente se levanta con el sol, sobre las 6:00) y a quien primero me encuentro es a la pequeña Grace, esperándome… Le habían dicho que yo había llegado la noche anterior… Me ve y corre a saltar sobre mí “tantie, tantie!!!”… Su madre se ríe y me cuenta que está sentada esperando sin moverse desde las 06:30 de la mañana… a sus cinco años… Me he emocionado 💓… Mi amiguita de cada mañana… Hemos compartido mi pan con mantequilla…

Recojo mi burra, como cada año, y me tiro a la ciudad… Recorro con Hugo casi la ciudad entera flipando… cada nuevo camino abierto… todo…. Pero tengo prisa por ir a Holly… ver a Blaise… “mon enfant” como me dicen aquí… La historia de Blaise ya es “vieja” y no la voy a repetir… Aquí también la conoce todo el mundo y saben lo que significa para mí…Y para él... Nadie le ha dicho que he llegado…

Llego a Holly con Hugo, a casa de Blaise, a 14 km. de Gaoua. Nos recibe toda la chiquillería y me dicen que Blaise no está (tod@s me conocen allí y saben que he venido a verle) y uno de los mocosos se va corriendo a buscarle… A los 3 minutos me giro y veo a Blaise correr hacia mí como alma que lleva el diablo… Dios!! Cómo ha crecido!!!... No me da tiempo a respirar hondo, se me lanza al cuello y casi me tumba… Nos quedamos un rato abrazados mientras yo lloro como una magdalena… Su inocencia me desarma… es un hombretón!!  Él solo se ríe… “Tantie Llanos!!! Ma maman blanche”…

Nos hacemos un montón de fotos… Bueno, nos las hace Hugo… o eso creía yo… porque luego no estaban… ¡lo mato!!... No pasa nada... Mañana o pasado volveremos a Holly... Eso si Blaise no se presenta en Gaoua antes... Caminando... O subiéndose a la primera moto que le recoja en el camino...

Blaise no se separa de mí ni un minuto… pegado cual lapa… Sólo lo hace para entrar en la casa y enseñarme “su tesoro”… Las fotos en papel que le traigo cada año tomadas el año anterior en las que estamos juntos… Las guarda como oro en paño… Le entrego las que le he traído este año... Él sólo me mira, mira las fotos y sonríe… Nada más… El relato del resto de la tarde me lo guardo para mí 💜

Por la noche nuevos reencuentros chez la grande famille de “mon patron”, Nolièba (coordinador de las becas escolares), a quien, como ya he contado alguna vez, me encandila escuchar… me pasaría horas con él, escuchándole… Divertido, inteligente, fantástico conversador… portador de historias apasionantes (et "bizarres") que sólo aquí se escuchan… Nos juntamos seis o siete, Brakina va, Brakina viene (cerveza local)… Tertulia, política (Macron acaba de visitar Burkina)… Se habla de Sankara… (muchos sabéis lo que me apasiona su historia…). Los más mayores presentes le han conocido… ¡¡en persona!!… Nolièba cuenta que guarda cartas manuscritas que se cruzó con él… Dice que me las enseñará... S'il te plaît!!! (también han inaugurado una estatua de Sankara en Gaoua como homenaje en el 30 aniversario de su asesinato que se acaban de cumplir)… 

Hablamos y hablamos hasta tarde… Muy tarde…. Arreglando el mundo… Hablando de lo humano y lo divino... De nuevo risas… y paz… mucha paz… (además de mucha cerveza 😃)

Continuará…

(Si alguien tiene interés en ver fotos de Grace y Blaise, puede verlas en este post del año pasado).

domingo, 26 de noviembre de 2017

Ouaga sin ti

Sabía que iba a pasar… Lo sabía… No me ha pillado desprevenida, pero da igual… Ouaga sin ti es otra Ouaga… más triste… menos amable… vacía en su bullicio…

Hoy ha sido mi primer despertar aquí, en esta ciudad infame y a la que tanto quiero. Mi primer pensamiento sabía que serías tú… llamarte… “Georges!! Je suis là!!”, incluso antes de tener mi número local, es lo que hago siempre… pero también sabía que nadie respondería…

Me he tirado a la calle… Cambiar moneda… Adquirir una tarjeta telefónica burkinabé… Siempre son mis primeros pasos aquí… Y empezar a llamar a mi gente para decirles que he llegado… Pero no he podido… Si no puedo llamarte a ti, el resto puede esperar… He deambulado sola de aquí para allá… Hoy no quería compañía, quería estar “a solas contigo… sin ti".

He comido donde siempre lo hacíamos… Quizás ha sido un error, pero no sabía cómo pasar este duelo si no era enfrentándolo… No ha sido fácil... Saliendo, he escuchado un grito: “Nasaara!!!!”… Mi buen amigo Oussou (¿lo recuerdas?) me ha visto mientras pasaba con su moto… Abrazos, besos… Pero me he excusado, y he seguido mi camino…. “Je t’appel après”. Es curioso, me ha pasado lo mismo con tres amigos, tres, a los que adoro, que me han visto mientras yo callejeaba sin rumbo… a los tres les he dado largas… He retrasado el momento, pero finalmente he llamado a tu hermana, a cuya casa he llegado un poco más tarde. Estaban las tres: Pascaline, Lorentine y Françoise… Nuevos abrazos… pero esta vez entre lágrimas… las cuatro abrazadas… sólo había podido ofrecerles mis condolencias por teléfono…tan frío… tan lejos… cuando te fuiste… así… sin avisar… ¡qué broma de mal gusto!! … Han pasado casi tres meses… He pasado la tarde con ellas… He descubierto nuevas cosas de ti que desconocía absolutamente… ¡Nos quedaban tantas cosas que hablar…!! Diez años han sido pocos… Muy pocos…

Te echo de menos mi amigo, mi hermano, mi cómplice... tantas cosas compartidas… tantas anécdotas que solo tú y yo sabemos… tantos momentos… buenos y malos… pero sobre todo buenos… Tu vas beaucoup me manquer… trop… Que la tierra te sea ligera...





domingo, 18 de diciembre de 2016

Comienza la cuenta atrás…

Apenas me quedan 2 días en este país que tanto amo. Han pasado muchas cosas desde la última vez que escribí. Muchísimas. Buenas (muy buenas) y malas (muy malas).

Hace unos días escribí sobre Paul, un crío al que seguimos desde aquí. En su día (hace un par de años) le operamos del mismo problema que Blaise y todos los años voy a verle. Este año también. Escribí sobre algo que le pasó estando yo aquí, lo publiqué y acto seguido decidí retirarlo de la publicación. Fue víctima de algo terrible, pero después de contarlo pensé que no era bueno hacerlo, porque quizás era volver a caer en las viejas historias de condescendencia y la mirada turbia hacia este país que, como digo, tanto amo. ¿Para qué?

Este país tiene cosas malas, claro que sí, pero tiene cosas tremendamente buenas. La esperanza en el futuro es conmovedora. El afán de mejorar, la fe en que un día saldrán de la pobreza… y ahí están, peleando como jabatos para conseguirlo.

Y no es fácil. Mais ça va aller...

Este año ha sido un tanto atípico para mí por diversas circunstancias. Me he visto envuelta -casi sin darme cuenta- en una especie de película de espionaje que aún me tiene en un “ay”, he descubierto algunas cosas que no sabía acerca de gente muy allegada que me han “touché”, he tenido experiencias “bizarres” que hacen tambalear algunas de mis convicciones. He vivido aquí (una vez más) el día de la independencia, altamente celebrado. 11 de diciembre, pero que este año tenía connotaciones MUY diferentes.

Cada año, el 11 de diciembre se celebra en una provincia diferente. Todo el país celebra por todo lo alto la fecha, pero la provincia “agraciada”, donde se celebran todos los actos oficiales, va rodando cada año. Este año ha sido en Kaya (hacia el Norte), pero hete aquí, que el año que viene será en Gaoua, y hay una fortísima expectación al respecto. El 11 de diciembre se pasó el testigo, el “flambeau”, que lo traía el gobernador desde Kaya. Toda la ciudad lo esperó como el maná. A las 16:00 en la gare (la estación de autobuses). Hay que estar esperándole!! Y claro, allá donde fueres haz lo que vieres. A las 16:00 en punto estaba yo allí con mis mejores galas. Mare de deu señor, no cabía un alfiler!! Ni siquiera pude llegar a la gare. Me quedé, como tanta gente, al borde de la carretera bastante antes de llegar. Encontré a unos amigos: Lianos!! Viens t’assoir avec nous!! Me siento con ellos en un maquis cercano para tomar algo mientras me cuentan que el coche del gobernador con el “flambeau” aún tardará, que están en comunicación con amigos de otras ciudades por las que pasa, y se está parando en cada una por el gentío. Que aún están por Bourum-Bourum, que aún están por Tonkar… ¡¡que están saliendo de Tonkar!! Todos corriendo a las motos. Yo iba de paquete con mi buena amiga Tibo. Había mucha gente, pero no podia imaginarme en el berenjenal que me metí. Dos mil millones de motos por centímetro cuadrado se ponen en marcha. Ya ha caído la noche. Son algo más de las 18:00 h. Todos pitando, coreando, enardecidos, todos precediendo al gobernador y dirigiéndose al gouvernorat para depositar el “flambeau”. Puta locura. Milagrosamente no hubo ningún accidente. Me dejé contagiar del entusiasmo de la multitud tragando humo, polvo y encomendándome a todos los dioses.

El 11 de diciembre próximo se espera, como digo, con gran expectación. ¿Por qué? Porque desde el gobierno central se van a hacer grandes inversiones en la ciudad. Se le va a lavar la cara con ahínco. Se espera que se reasfalte la carretera principal, la que atraviesa el centro de la ciudad. Parece una nimiedad ¿no? Pues no, hace falta como el maná. Está destrozado y lleno de agujeros; tantos, que no es ni mucho menos fácil evitarlos, lo que provoca continuos accidentes, especialmente en moto. Yo misma, al coger mi burra cada día rezaba a todos los santos para ir a la ciudad. Van a asfaltar la carretera que va hasta Banfora (ahora es pista roja -de tierra roja- y destrozada, unos 140 km.). Van a asfaltar la route de Batié, como la de Banfora, unos 70 km. Van a llevar la corriente eléctrica y canalización de agua a muchos barrios; van a invertir en muchísimas infraestructuras, y todo ello además generará mucho empleo. Y claro, nadie quiere que me lo pierda. ¡¡Y no me lo voy a perder!! El 11 de diciembre próximo espero que me encuentre en Gaoua. Ojalá.

Gaoua. País lobi (etnia mayoritaria). Gaoua, Tierra de misterio y fetiches. Gaoua. Ciudad que un día… quizás un día… será mi casa. De algún modo ya lo es, pero al tiempo… A pesar de la mala (malísima) influencia del orpaillage (búsqueda artesanal de oro) que crece a la carrera como mala hierba alrededor de Gaoua y ha hecho aumentar la inseguridad ciudadana (incluido tráfico de niños y esclavitud, contra lo que se está tratando de luchar, a veces en vano), a pesar de historias “bizarres”, de mafias y de retos… A pesar de todo, Gaoua mira con esperanza al futuro, y pelea… y yo… yo quiero estar con ell@s.

Ayer volví a Ouaga (la capital). Ouaga es el monstruo, el bullicio, el ruido, la polución, el calor infernal, el tráfico indescriptible, la locura absoluta… Ouaga, tierra de mossis.

Me quedan muchas cosas por contar. Muchísimas, que, como tantas… se quedan en mi retina… o en mis entrañas. De momento… me las guardo.








 Continuará… o no…

lunes, 5 de diciembre de 2016

Blaise. "Mi" Blaise.

Cómo ha crecido. Blaise. “Mi” Blaise…



Ya sabía que ahora vive en Holly, cerca de la escuela, en casa de su abuela. La distancia desde su casa anterior era mucha. Cada día 7 kilómetros para llegar a la escuela, y otros 7 para volver. C’est trop. Por ello, hace ya un tiempo decidió quedarse en Holly, y eso es lo que yo sabía.

Hoy hemos ido a verle. Hugo y yo. Hugo conoce dónde vive. Hemos llegado a Holly, y de allí a su casa, a la cour (el patio). La cour es una especie de recinto, cerrado o no, donde suele vivir una familia en sentido amplio: padres, hermanos, hijos, esposas, co-esposas, etc. Así es como vivía antes de quedarse en Holly.

Al llegar a la cour hemos visto a una anciana, arrugada y desdentada, sentada en una silla con la mirada perdida. “Es la abuela de Blaise”, me dice Hugo. “Es ciega”. Me acerco, la saludo con todo el respeto con que se saluda aquí a los ancianos. Ella dice algo en lo que creo que es lobiri (uno de los idiomas locales), y Hugo me dice que me da la bienvenida.

La cour consta de una casa cuadrada de adobe (4 muros) y un granero vacío. Otras dos casitas medio derruidas también de adobe finalizan el conjunto.

Me giro y veo a Blaise que corre hacia mí como alma que lleva el diablo. Su sonrisa no tiene precio. Me abraza y ya no se despega. Me emociono. Mucho. Me desarma su inocencia a sus ¿14 años? En realidad nadie conoce su edad. Viene sucio, muy sucio.

Cómo ha crecido… Es tan alto como yo… Nos abrazamos fuerte…

Blaise es especial. Muchos ya “le conocéis”. Retraído. Tímido… con ese aire distraído… a su rollo… Es anárquico, libre, completamente libre, hace de su capa un sayo, va a su bola... Y sólo conmigo muestra su ternura. Sólo a mí me abraza… Y me desarma…
 
Enseguida se junta una cuadrilla de críos y crías de todas  las edades. La anciana permanece impasible con su mirada perdida.

“Hugo, ¿dónde están los demás? ¿y el resto de la familia?”. No hay resto de la familia. No hay más. ¿Cómo? Hugo me cuenta que no hay más. En la cour (relativamente grande), sólo vive la anciana, Blaise y otro crío de unos 10 ó 12 años. Están los tres solos.

Le pregunto al otro crío dónde están sus padres. En Costa de Marfil, como tantos y tantos padres que van allí a buscarse la vida y se olvidan de sus hijos. A Blaise no le pregunto. Conozco muy bien su historia. No vamos a hurgar en la herida…

Blaise me dice que tiene hambre, que no ha comido desde ayer. Le pregunto si la anciana y el otro peque tampoco. Empieza a faltarme el aire…

“Blaise… ¿la anciana cocina?”.  Unos días sí y otros no. No ve.
“Hugo… ¿dónde está la familia de esta mujer?” Es viuda y sus hijos están en Costa de Marfil. Rara vez le envían algo o la visitan.
“¿De qué comen? ¿Comen?” Bueno, no sé. A veces les ayudan los vecinos… No sé…
“¿Y cuando la anciana enferma? ¿Quién la ayuda?” La respuesta es la misma.

No puedo respirar.

“Blaise… ¿quién se ocupa de la casa? ¿quién lava vuestra ropa?”  Yo (dice Blaise).
“¿Quién trae el agua y la leña cada día?” Yo (dice Blaise).

El agua hay que traerla de un pozo a más o menos un kilómetro. 25 ó 30 kilos en la cabeza. La leña se encuentra donde se puede.

“¿Quién se ocupa de vosotros?”. Se encoge de hombros. El otro crío mira tímidamente y sonríe.

Y Blaise sigue pegado a mí. No se separa ni un minuto. Me dice que quiere cuadernos y bolis, una mochila, y chanclas.... Quiere jabón, y pasta de dientes… Quiere un balón… y un saco de arroz y otro de maíz, y aceite para cocinar… Y quiere una casa grande, y un cordero… y todos los libros del curso… y quiere estudiar, e ir a pescar… y quiere ir a Gaoua a vivir, porque los colegios son mejores… Quiere unos pantalones, y un traje chulo para estrenar el 1 de enero… y quiere una radio… Y quiere que le arregle la bici, sin cadena, sin frenos y pinchada… Y una “natte” (especie de alfombra de paja) nueva para dormir… y un camiseta del Barça… 

Y yo he dejado definitivamente de respirar… evitando que Blaise lo note.




jueves, 1 de diciembre de 2016

Maletas, suicidios, fetiches y otras zarandajas...

Mucho tiempo ha pasado desde mi última entrada al blog. Tanto como un año.

Aterricé el sábado sin novedad (cosa bastante rara por otra parte) con Aire Maroc, pero et voilà!!! Viajaba con exceso de equipaje, mucho exceso de equipaje: 4 maletas de 23 kilos, más la maleta de cabina de 10 kilos, más el portátil. Primera zancadilla: la aduana. Todos los años llevo un papel de CIM Burkina indicando que se trata de material de donación para Yako y Gaoua. Este año no sirvió. Un cantamañanas con aires de poder me pregunta qué llevo en las maletas. Le explico que es material médico y linternas, y me dice que NO pasan las maletas, que tengo que ir al Ministerio de la Santé y obtener la autorización. Quiere bloquearme las 4 maletas. Ja!!! Ni de coña!! Le digo que bueno, que para las maletas de los medicamentos no me queda otra, pero las otras dos ni de coña. Le digo que una son mis cosas personales y la otra son linternas. Me hace abrirlas. La mía personal me dice que vale (no ve, afortunadamente, que debajo había más material médico) y el tontolhaba, abre la de las linternas y me dice que tampoco pasa. Tontolhaba donde los haya. Eso sí, con aires de “aquí mando yo porque sí”. Claro, le pregunto si las linternas son un problema de salud pública o armas de destrucción masiva. Me mira. Mira las linternas, donadas por Bankia, con la palabra “Bankia” escrita en cada una. Mira desconfiado y me pregunta: “¿qué es Bankia?”. Ganas me dieron de decirle que es la traducción del ISIS al castellano. ¡¡Llanos contrólate!!! Me pregunta cuántas son. 200 (las otras 200 están en la maleta de los medicamentos, mecagoentó). Me dice que son muchas. Le digo que cuántos críos en Burkina estudian a oscuras. Me dice que cientos de miles. Entonces ¿200 son muchas? (le digo). No, en realidad son pocas (dice). ¿Dejamos esta conversación de besugos? (le digo)… A las 3:30 AM llegaba a mi auberge con dos maletas conmigo y dos en la aduana. Muerta matá y jurando en arameo.

Tras dos días tirando de contactos (diputados incluidos ¿es prevaricación?) y de ir de acá para allá por despachos y rondas telefónicas, el martes conseguíamos recuperar toooodas las maletas en la aduana. Mención aparte merece la actuación estelar de mi buen amigo Justin en esta historia. Sin él no hubiera sido posible.

He pasado tres días en Ouaga, sin parar un segundo. Ha habido tiempo para todo y para casi nada. Los amigos… como siempre, en grupo o en petit comité, pendientes de mí.

Los encuentros entrañables con personas entrañables ajenas (o no) a historias “bizarres” que, afortunadamente, ya quedaron atrás, pero que de algún modo aún forman parte de mi presente en forma de mal sueño (a ratos). Pero eso es otra historia…

Ouaga me gusta. Siempre lo digo, pero es el monstruo, el ruido, el bullicio, la polución perenne, el aire irrespirable, el calor omnipresente… 40 grados durante el día… Alguno menos durante la noche… Tres días es suficiente para todo lo que quería o necesitaba hacer allí. Quizás me ha faltado uno para callejear a solas… me gusta hacerlo… pasear “à l’ais”, observar… quizás a la vuelta... sólo quizás...

Et ça y est que ayer a las 07:00 cogía el bus para Gaoua. Mi sorpresa, mi grata sorpresa, fue comprobar que ahora los autobuses son climatizados. Casi lloro de la emoción… Seis horas me separaron de Gaoua con miles de controles militares en la ruta. Baja del bus, enseña pasaporte al militar de turno (rifle en mano), sube al bus. Misma rutina una y otra vez… Una y otra vez… Una y otra vez…

Aquí ya me esperaban. Comida, ducha, relax (ayer apenas llamé a nadie… fatiguée!!) y un par de horas de amena conversación con Ini…

Y más historias "bizarres"… Mi amigo Thomas me cuenta que la noche anterior se ha suicidado un militar que vive enfrente Se ha colgado del techo. Lo han encontrado los hijos de madrugada. Me cuenta que hace un mes que vino de misión en Darfur (Sudán, donde están en conflicto desde hace años). Me pregunto si quizás lo que ha vivido allí lo ha desequilibrado… Hablamos un poco ello y ahí lo dejamos… Ahí quedó la historia… de momento.

Hoy he comenzado poco a poco el trabajo que me ha traído aquí, tout doucement… Como siempre, abrazos y besos en la APFG. Ayer ya me trajeron mi burra, que me da una autonomía que vale su peso en oro. Voy y vengo a mi antojo sin depender de nadie. Los que me conocéis sabéis cómo valoro este tipo de libertad. Me encanta cuando esta mañana iba a la APFG en la burra y escuchaba por el camino: “Lianos!!!!!” (sí, ya sabéis que aquí soy Lianos). Mucha gente me conocía al paso, y eso me mola, me hace sentir en casa.

Pero hete aquí que esta tarde, mon patron (un gran amigo que supervisa el apadrinamiento de los críos) me ha invitado a una Brakina (cerveza local) en un maquis cercano. En algún blog pasado ya he comentado cómo me fascina escucharle. Aquí, en el País Lobi (donde me encuentro), la magia, los misterios de África cobran todo su esplendor. La historia y costumbre de los lobi son muy interesantes, pero ésta es tierra de animismo por excelencia, de leyendas de lugares sagrados, fetiches e historias "bizarres" donde las haya. Nolièba (mon patron) me cuenta historias, muchas historias y yo pregunto y pregunto y no me canso. Me gusta. Me gusta mucho.

“Mon patron, me han hablado del suicidio de un militar, ¿qué ha pasado?”. Y él comienza a explicarme. Yo soy todo oídos, y me faltan… Con sendas cervezas en la mesa, me cuenta que el militar en cuestión estaba un poco desequilibrado. Había intentado suicidarse en varias ocasiones, tanto en Darfur como ya a la vuelta, aquí en Gaoua. Que ha hecho cosas terribles (éstas me las ahorro por no herir la sensibilidad del lector) en Darfur y puede que estuviera atormentado por ello. Que antes de que volviera, alguien le llamó para decirle “Cuando vuelvas, no bebas del agua que te dé tu mujer”. Que todos los lobi saben lo que eso significa… adulterio. Cuando hay adulterio por parte de la mujer, ésta no puede dar de comer a su marido lo que ha cocinado, ni puede darle de beber. Que volvió y bebió del agua que le dio su mujer. Que él quiso, pero su mujer no, someterse a la prueba irrefutable de los poussin (polluelos), un “ejercicio” animista para determinar determinados hechos utilizando para ello un par de polluelos (complicado y largo de explicar). Que ya cuando se marchó a Darfur no se sometió a determinado ritual para tratar de solucionar un problema que había. ¿Qué problema? (pregunto). De familia (responde). ¿Con su mujer? (pregunto). No, de familia (responde). ¿Qué tipo de problemas? (insisto). Me mira dudando. No te puedo responder (me dice). ¿Por qué? (pregunto). Vosotros los blancos no podéis entenderlo (responde). Trata de explicarme!! (le pido). No, son cosas, secretos sagrados, no puedo decirte (responde). Cuéntame! (inquiero). Quizás otro día (responde). Y me quedo sin saber...

Y me cuenta que en tres o cuatro días tras los funerales, vendrán los jefes feticheros, normalmente tres, que por separado efectuarán determinados ritos animistas para determinar cuál fue realmente el problema que le llevó a la muerte. Uno tras otro vendrán con su “sac”, una bolsa de cauries (concha pequeña que fue la moneda de cambio africana durante años), con las que interrogarán a los ancestros. Lo harán por separado, para no ser influidos unos por otros. Cogerán de la mano a algún miembro de la familia y éstas no podrán separarse a voluntad si los cauries así lo determinan, si hay historia "bizarre" de fondo, oculta. Sólo los fetiches pueden determinar la solución al problema. ¿Puedo estar presente? (pregunto). Si conocieras al difunto o a alguien de su familia, sí, todo esto es público (responde). Mecagoentó (pienso). Me quedo con las ganas. Pero sé que en unos días me enteraré de qué han dicho los fetiches... y seguiré preguntando... hasta el aburrimiento...

Historias como ésta son cotidianas, cada día. Las escucho embobada. Me fascinan. Me apasiona este mundo mágico de los lobi y quiero saber más, escuchar más… y mon patron, como buen lobi, es una fuente inagotable de historias de magia y misterios y, como buen lobi, no lo cuenta todo… los blancos queremos saber demasiado…


Continuará… o no…



viernes, 18 de diciembre de 2015

Ça va aller…

Lo que viene a ser “todo va a ir bien”.

Bueno, iba a publicar el texto que preparé hace ya muchos días, pero dado que ha sido relegado por otros acontecimientos varias veces, lo he adaptado un poco, quedando un tanto deslavazado, et voià!!…

El tiempo en Gaoua ha pasado rápido, muy rápido, sin tiempo ni para respirar. Levantándome  a las 6 y no descansando un segundo, pero eso ya lo sabía antes de venir… El trabajo en la APFG (nuestra contraparte local, o la mayoritaria, ya que no es la única), las visitas a las escuelas, a los huertos escolares, las reuniones con las asociaciones de padres (que no sé por qué se llaman así, porque los hombres brillan por su ausencia, como también ya sabía), la marcha de los proyectos, lo nuevos problemas, los cambios de programa sobre la marcha que te desmontan el día, lo cotidiano…

Y entre todo ello las llamadas de l@s amig@s para vernos. “Sí, luego te llamo”, “Oui, on se rappelle le soir”, “Sï… luego…”,  y luego pasa el tiempo, los días… y NO tengo tiempo para verlos a todos… Mais ça va aller…

Un día fui invitada por la Cruz Roja a un evento en Holly, a unos 14 kilómetros de Gaoua, pueblo donde también tenemos críos escolarizados y… bueno… el pueblo de Blaise!! Cuando me vio, como siempre… corre raudo a darme un abrazo con una sonrisa que me derrite… y a continuación: “Tantie, mon vélo est gaté”.  “Tantie” es una expresión muy utilizada para dirigirse a una persona mayor que tú, con tintes cariñosos; es algo así como una tía, una madrina o una mujer muy allegada a la familia. Tiene un componente cariñoso y de respeto a un tiempo. A mí me encanta que me llamen así... A lo que iba: “Tantie, mi bici está rota”. Me río… Él me mira y se ríe… Bueno, mi relación con Blaise es especial, muy especial, como la mayoría sabéis. Es, es una larga y entrañable historia... Ya no nos separamos, salvo en las formalidades del acto. Era un evento de reconocimiento a un proyecto de la Cruz Roja burkinabé para evitar la migración precoz de las jóvenes a las grandes ciudades, en las que les espera toda suerte de infortunios, especialmente si no parten con la cabeza bien amueblada. Es un proyecto muy chulo y ya el año pasado presencié cómo trabajan con ellas y me encantó. En esta ocasión me hicieron un poco partícipe y hasta salí en la tele nacional!!! (de Burkina, claro está). Tras ello, comimos con “las autoridades” (aquí les vas mucho el rollo diplomático) y estuvimos hablando de las situación que atraviesa el país, complicada, muy complicada, mais ça va aller…

Otras veces estoy con los amigos, hablando de lo mismo delante de una Brakina. Ya he dicho muchas veces que es un tema que me apasiona. Y yo pregunto y pregunto y pregunto… La situación es MUY difícil. Los burkinabés le dan seis meses al nuevo Gobierno para ver, lo que quiere decir que, o ven que toma el buen camino, o habrá lío de nuevo… Ya no están dispuestos a tolerar “n’importe quoi”. Complicado, muy complicado…  Tengo amigos metidos en política y les pregunto: “¿qué va a hacer el gobierno con tal o cuál cosa?” Opinamos, hablamos…Yo realmente pienso que el nuevo Presidente tiene las manos atadas (como todos los líderes africanos). Está ahí porque los franceses han querido que esté, como tantos otros casos que sabemos, como estuvo Blaise Comparé durante 27 años. El GRAN HOMBRE BLANCO vigila, y no va a permitir “mariconadas” en favor del pueblo burkinabé en detrimento de sus propios intereses, eso está claro, mais ça va aller…

Luego está el asunto del yihadismo. Complicado. Aquí todo el mundo sabe de los negocios que Blaise Compaoré (el que tuvo que salir por piernas el año pasado ante la revuelta popular) tenía con los yihadistas de Mali… cómo les dejaba traficar con armas a cambio de sustanciosas cantidades de dinero; incluso se sabe que había armamento yihadista guardado a buen recaudo aquí en Burkina bajo la vigilancia del régimen Compaoré…  El otro día hablaba de los controles en la carretera. En Gaoua, a poco que te salgas unos metros de la ciudad hay controles del ejército para ver quién entra y quién sale de la ciudad. Al margen de la aventura con los militares del otro día en pleno toque de queda que me salté a la torera, yo voy casi con el carnet en la boca desde el primer día… “Je suis espagnole”, a cada rato, y algún que otro me contesta “Where are you from?” y yo le miro con cara de haba… El caso es que entre las situación nacional y el yihadismo, los militares están por todas partes… Mais ca va aller…

Una de las primeras cosas que deberá abordar el nuevo Gobierno es el de las escuelas. Veremos El otro día me reuní con el Delegado Regional de Educación. Una visita de cortesía y comentar un poco la situación de las escuelas y las necesidades. Sólo en esta provincia hay 370 escuelas “sous-paillot”… No hay dinero para construir las aulas, ni las letrinas, ni los pozos, ni libros (en el mejor de los casos un libro para cada 3 críos), ni bolis, ni pizarras, ni pupitres ni mesa para el profesor, ni arroz para comer,  y los críos siguen abandonando la escuela porque tienen hambre, mais ça va aller…




Para mí, cada día es “nuevo” en experiencias, en sorpresas, agradables… o todo lo contrario. Situaciones que me provocan la risa, y otras el llanto… la vida sigue… Paso el día de aquí para allá, con mi burra, o de paquete “avec mon patron” viendo nuestras cosas… De él aprendo mucho, muchísimo. Le encanta hablar de costumbres locales, del porqué de las cosas, de historias “bizarres” de l’Afrique, de los fetiches… y yo le escucho embobada… Me enseña lugares extraños, me explica las cosas más inverosímiles y yo no dejo de preguntar… Él se ríe sólo de ver mi ansia de saber… de conocer… Los misterios de África son caminos insondables e infinitos…

 Y así… llegó el día de la partida… despedidas y abrazos, como siempre, como ayer… regalos de los amigos, “tu vas nous manquer”, pero así es la vida, un continuo “aller retour”… No he hablado del “poulet à la ravillé”, ni del día de las condecoraciones, ni de los monstruos de dos cabezas, ni de tantas pequeñas y grandes cosas que han formado parte de este “petit temp” en Gaoua… A toda mi gente le deseo buena suerte y “courage”, a lo que la respuesta unánime es: ça va aller…

Y volví a Ouaga, a “la bestia”, irrespirable, con intención de pasar allí los dos últimos días con un programa MUY apretado, pero hete aquí que me comunican casi “in extremis” que me cambian el vuelo. Por problemas de horarios a causa del toque de queda, en vez de viernes por la noche, mi vuelo sale viernes muy tempranito por la mañana, así que ayer fue un día de locura, tratando de concentrar lo de dos días en uno y ¡¡casi!! llegué a todo.

Por la noche, de nuevo las despedidas, y sin apenas dormir, a las 10:30 h. de esta mañana he aterrizado en Casablanca, donde he de pasar más de 24 horas antes de volver a casa. No pasa nada… Ça va aller…